Después de beber agua, el café es la bebida más popular en el mundo con probadas propiedades diuréticas, laxantes, energizantes; además, es un potente estimulante nervioso y mental, acelerador y tónico para el corazón, vasoconstrictores centrales y periféricos (coronarios, cerebrales, pulmonares y renales), pero solo si se consume con moderación, no representa una amenaza para la salud.
Entonces, ¿Cuáles son los beneficios del café para la salud?
Se ha comprobado que hasta un máximo de dos tazas de café por día tienen acciones favorables a la salud del cuerpo humano, entre ellas: estimular el sistema nervioso central, principalmente la agudeza mental, visual y auditiva, aumento de la atención, concentración y memoria, paralelo con la disminución de la fatiga muscular e intelectual, del estado de somnolencia; reduciendo la frecuencia de enfermedades relacionadas con trastornos del sistema nervioso (Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple, etc.), con buenos efectos tanto en hombres como en mujeres.
El café también regula las funciones del corazón y del sistema circulatorio periférico, por su contenido en teofilina y, además, previene el infarto de miocardio y la disminución, por debajo de lo normal, de la presión arterial, que suele ocurrir después de las comidas, especialmente en los ancianos; previene y reduce el riesgo de diabetes en un 25%, manteniendo bajo control el azúcar en sangre.
Al mismo tiempo, consumido antes de las comidas, el café provoca una quema más rápida de calorías ayudando a reducir, en poco tiempo, el exceso de peso corporal y la celulitis.
Consumido caliente, después de las comidas, favorece la digestión, estimula la secreción biliar, disminuye la frecuencia de cálculos biliares y combate el hambre, y al aumentar la motilidad intestinal permite una mejor asimilación de los alimentos por acción directa sobre la peristalsis gastrointestinal, eliminando náuseas y vómitos.
En los ancianos, el café ralentiza el envejecimiento prematuro del organismo, a través de una serie de principios activos con el papel de regenerar y tonificar las células.
El exceso de café es dañino
Si se consume en grandes cantidades, más de tres tazas al día, el café se vuelve dañino, incluso para personas sanas, provocando efectos que conviene evitar. Primero, acentúa los estados de insomnio y los de fatiga física e intelectual: neuropatía, hiperexcitabilidad, agitación, neurosis, confusión de ideas, depresión mental, incoherencia en la expresión y temblores en las extremidades; afecta a los neurotransmisores en el cerebro, lo que resulta en repetidos ataques de ansiedad, frecuentes ataques de pánico y sombrías premoniciones.
El exceso de café también puede desencadenar el «síndrome del túnel carpiano», con presión sobre el nervio del antebrazo y hormigueo en tres dedos (grande, índice y medio), mientras que el café fuerte, bebido durante las comidas, aumenta la acidez gástrica, agrava el dolor ulcerativo y provoca reflujo gástrico, indigestión, síntomas de acidez e irritación intestinal.
El consumo excesivo de café también aumenta el riesgo de reumatismo y lumbociática, y en las mujeres, el riesgo de osteoporosis, especialmente después de la menopausia y la vejez, cuando los huesos pierden gradualmente parte del cartílago y calcio, volviéndose frágiles.
En estas condiciones, la cafeína estrecha los capilares al final de las arterias, lo que reduce el flujo de sangre y nutrientes a los tendones espinales.
Por último, pero no menos importante, el café consumido en exceso facilita la aparición de caries y coloración amarillenta de los dientes, y en la piel puede ser un desencadenante de la rosácea, especialmente cuando se consume demasiado caliente.
¿Qué sucede si tomamos una taza de café al día?
- Reduce la frecuencia de enfermedades relacionadas con trastornos del sistema nervioso.
- Previene el infarto de miocardio.
- Reduce el riesgo de diabetes en un 25%.
- Favorece la digestión.
- Disminuye la frecuencia de cálculos biliares.
- Regula el sistema circulatorio periférico.
Ayuda a reducir el exceso de peso corporal
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